Ceremonia

Ofrecer

Yo estoy siendo yo y tu estas siendo tu

Por Gerardo Calceco Herrera

Yo quiero amarte sin confundirme contigo,
escucharte siempre sin juzgarte,
aceptarte sin condición alguna,
saber acompañarte sin invadir tu intimidad,
a veces convencerte pero nunca, nunca vencerte
invitarte sin imponerte mi preferencia
siempre apreciarte sin calificarte,
y aprender a corregirte sin hacerte sentir mal,
ayudarte sin humillarte,
apoyarte sin hacerte minusválido,
poder apartarme de vos sin sentirme culpable
y que vos puedas alejarte de mi sin que yo te culpe,
ser yo siempre contigo y dejar ser siempre vos
sin estorbar tu personal proyecto vital,
aceptar los que vos me quieras dar
y poderte dar lo que esperas de mi
así, sin fingimientos ni temor ni culpa
podremos caminar juntos
y libres por la vida
hacia la eternidad.

Carta de la tía Cecilia

Esto es lo que puedo decirte acerca del matrimonio:

Lo que dijo mí papá (hombre sabio) cuando su hermana menor le pidió consejo: "el casarse es como echarse a un prozo profundo a donde no sabes cómo te va a ir o que vas a encontar."
Lo que dice el vulgo: "el casarse es como un pastel rodeado de moscas y dentro de una urna. Las moscas de adentro se quieren salir y las de afuera, quieren entrar."
Y lo que yo opino: "El matrimonio no es como lo pintan... ni tan bueno, ni tan malo."

No es tan bueno, porque tú prometes ante Dios que vas a hacer lo que no sabes como es, que vas a vivir para siempre con quien apenas conoces o crees conocer... y el tiempo cambia al ser humano... y los que ahora son, quién sabe cómo serán mañana.
No es tan bueno, porque el amor romántico y bello se diluye pronto y se va esfumando sin que uno se dé cuenta.
No es tan bueno, porque muy pronto empiezas a darte cuenta que ya no existe la maravillosa comunicación de antes, que ya no se entienden tan bien.
No es tan bueno, porque muy pronto te invade la rutina de la rutinaria vida.
No es tan bueno, porque tienes que renunciar a casi toda tu libertad.
No es tan bueno, porque ya no puedes tener solo tus propios gustos.
No es tan bueno, porque ya no puedes hacer lo que a tí te gusta: mirar tu programa favorito, escuchar tu música preferida, salir o quedarte en casa, etc., etc.
No es tan bueno, proque tu pareja muy pronto solo empieza a mirar tus defectos, lo que no haces, lo que no das y se olvida muy rápido de lo que eres, de tu bondad, de tu belleza interior, de tus cualidades...
Y no es tan bueno, porque el Tú-Yo que ahora viven se terminá rápído y surje la costumbre, la rutina, el enfado, el hastío y en el peor de los casos, la soledad en compañía...

Pero en cambio,
no es tan malo porque te da la oportunidad de vivir a plenitud con quien tu amas, en este momento extraordinariamente.
No es tan malo porque te da la oportunidad de vivir en compañía, en concordia, en armonía.
No es tan malo, porque te da la oportunidad de tener hijos dentro de un hogar amoroso, tranquilo, estable, cálido, emocionante y alegre.
No es tan malo, porque te da la oportunidad de crecer junto a tu pareja para llegar a lograr sus metas apoyándose mutuamente.
No es tan malo, porque dos cabezas piensan mejor que una y dos personas son más que una.
No es tan malo, porque juntos pueden hacer mucho, uniendo esfuerzos, juntando bríos, surcando el camino la vida.
No es tan malo, porque te da la oportunidad de servir y de dar, de confiar y de creer y todo eso se transforma en paz y armonía.
No es tan malo, porque puedes vivir tranquilo y estable y en mayor armonía al sentirte en compañía de.
No es tan malo, porque tus ilusiones al juntarse con las ilusiones de la otra parte, pueden hacerse inmensas y quien vive ilusionado, vive de verdad.
No es tan malo, porque si tienen hijos, te harás flexible y acomodarás y adecuarás tus metas para ayudar a que se realicen las de los hijos.
No es tan malo, porque hallar tu media naranja es como encontrar lo que te faltaba a tí...

Y finalmente, no es tan malo, porque es lo que más deseas. [...] Así pues, tu matrimonio será duro como la vida misma, será incierto como lo es el futuro, será dulce y tierno, tanto como lo hagas tú, será cielo o infierno tanto como lo puedas ir construyendo.

El amor ayuda pero no lo es todo, hay que usar la cabeza, el sentimiento, el corazón, el perdón, el olvido, el diálogo, el descanso, la calma y sobre todo hay que gastarte en servir. Es cosa de dos, pero mucho depende te tí... ¡Ojalá logres ser feliz y hacerla feliz!